EL NEOLIBERALISMO YA NO FUNCIONA. Dice en una columna de La Nación de ayer un señor Hidalgo que ante la elevada deuda pública que nos espera después de la pandemia, se puede optar por dos caminos: uno, de más impuestos y otro, de austeridad, sea disminución de gastos. Lógico que él se pronuncia por la segunda opción.
Los economistas neoliberales del país siguen pensando la crisis con el mismo manual, como si algo extraordinario no estuviera pasando. Economistas internacionales reconocidos como neoliberales plantean que las viejas recetas no servirán para la sociedad post crisis y que la única forma de salir de ella es con una contundente y vigorosa participación del Estado.
La situación social para este año y el próximo, ya algunos la han cuantificado: entre 8 y 10% de déficit fiscal, 20% de desempleo, entre 25 y 30% de pobreza, más del 70% del PIB de deuda pública, salarios congelados o disminuidos, caída del PIB en más del 4%, instituciones como la CCSS debilitada en sus finanzas, para citar estos indicadores. Esa es la sociedad que nos espera.
Ante ello los neoliberales plantean que es necesario mayor ahorro del gasto, sea eliminar trasferencias al PANI, CEN-CINAI, universidades, despedir empleados públicos, disminuir salarios, cerrar instituciones como FANAL y muchas más.
Estas medidas de forma inmediata agudizarían la situación y a largo plazo las institucionalizaría, es decir, las consolaría, no las revertiría dejándola en la misma posición o estado.
Al estar los países más desarrollados muy golpeados económicamente por la pandemia, es difícil esperar ayudas o planes de desarrollo en buenas condiciones.
Tenemos que pensar en obtener recursos para revertir la situación y para ello es necesario que los grandes patrimonios y empresas nacionales y extranjeras contribuyan mediante impuestos y además que incorporemos lo que se gasta en amoritización e intereses de la deuda a la inversión económica. Para ello se necesita una moratoria por un plazo de 2 a 3 años de la deuda pública. Esos recursos representan casi la mitad del presupuesto.
Lo que resulta claro es que la viejas recetas neoliberales no funcionan, no lo hicieron antes del coronavirus y con mucha más razón en los tiempos extraordinarios que vendrán.
Es la hora de las medidas alternativas del movimiento social.