La Semana Santa más ocupada de Jesús.
Cuentan de una semana santa, donde no sonaron las campanas de las iglesias, pero el canto de los yigüirros se oyó con fuerza en los rincones.
Cuentan que ese año en las redes sociales no hubo fotos de paseos con felicidades fingidas, pero las familias se unieron más que nunca y más que nunca se acordaron de Dios.
Cuenta que ese año no hubo olor a incienso para agradar a Dios, pero tampoco hubo humo de carros ni de industrias y hasta Dios llegaba el olor grato de los dulces que las familias hacían en sus casas.
Cuentan que ese año los aviones dejaron de volar, porque el cielo requería espacio para que sus ángeles llevaran paz a la tierra y almas a la presencia de Dios.
Cuentan que ese domingo de ramos Jesús no pasó triunfante montado en burros por las calles, porque ese año Jesús cargaba en sus hombros a cada médico y enfermera en los hospitales del mundo, porque solos no podían con el peso de la carga que estaban llevando.
Cuentan que ese Jueves Santo Jesús no tuvo su última cena, pero vagó por las ciudades, dando aliento los que se quedaban sin trabajo o cerraban sus negocios y pensaban cómo llevar la siguiente cena a sus familias.
Cuentan que ese Viernes Santo Jesús no se vio en su cruz, pero en sus espaldas cargaba el dolor del mundo, de todas las familias que perdían sus familiares sin despedirse, de todos los enfermos que exhalaban sus últimos alientos solos en una UCI, de quienes morían en las calles sin ningún amparo. Ese viernes Jesús los acompañó, como acompañó a los ladrones “te aseguro que esta tarde estarás conmigo en el paraíso” les decía uno a uno al oído para calmar sus almas.
Cuentan que esa Semana Santa Jesús se entristeció de ver cómo muchos no atendían los llamados de quedarse en casa, de ver cómo muchos políticos del mundo usaban su nombre en vano y de como muchos se enojaban por tener que ayudar a los hermanos con aportes de sus salarios. “Perdónalos, porque no saben lo que hacen” rogaba al padre.
Cuentan que ese domingo de resurrección Jesús no fue levantado en hombros bailando por las calles. Ese domingo Jesús no resucitó, porque Él resucitó hace miles de años para regalar a todos los que hoy mueren el boleto a la vida eterna. ¿Lo crees? Yo lo creo. Jesús mi señor y salvador nos dará la paz para pasar esta prueba y si no la pasamos, espero que a ti y a mi nos reciba en su paraíso.ES MUY LARGO PERO ES UNA REALIDAD NO LO IGNORES ???